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Las profundidades del mar: un territorio desconocido.

Una de las realidades más paradójicas en el campo de la exploración humana, es que conocemos mejor la superficie de la Luna que las profundidades del mar. De hecho, 12 personas han caminado sobre nuestro satélite natural, mientras que solo 4 han tocado la zona más profunda del océano: la Fosa de las Marianas. A nivel general, algunos autores señalan que, hasta el 2017, el mapeo del fondo marino se había completado en un 6% del total. Este dato no es muy alentador, puesto que un levantamiento topográfico detallado de la superficie oceánica podría ayudar a tomar medidas más concretas para su preservación y cuidado. Comprender, en plenitud, cómo funciona la circulación de las corrientes puede ser crucial para identificar un patrón de impacto en los climas y evaluar el aumento en el nivel de las aguas.

funcionamiento de los ciclos que permiten el soporte de ríos, lagos, océanos y napas subterráneas.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text text_larger=»no» el_class=»justificado»]La exploración de las profundidades del mar, por definición, corresponde a la investigación de propiedades físicas, químicas y biológicas del lecho marino, a través de tecnología. El proyecto Seabed 30, por ejemplo, trabaja actualmente en mapear el fondo oceánico, con el objetivo de alcanzar a 2030 un 100% de cobertura. Sin embargo la tarea resulta bastante compleja; por un lado, el agua cubre el 70% de la superficie planetaria, de modo que una dificultad real es la extensión a cubrir; pero por otro lado se tiene la profundidad del mar, lo cual representa la limitante más grande en la exploración. La profundidad media es de 4.000 metros aproximadamente, y las zonas más profundas alcanzan, incluso, más de 11 kilómetros. El buceo recreativo permite a los humanos llegar a 40 metros bajo el nivel superficial, lo cual demuestra que la tecnología es crucial para enfrentar niveles de presión que serían mortales para cualquier persona.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text text_larger=»no»]La zona más profunda de las profundidades del mar conocida se encuentra en la Fosa de las Marianas. Esta se encuentra al norte de Filipinas. En dicha fosa existe el abismo Challenger, el cual tiene 11.034 metros de profundidad y se convierte en el punto más lejano desde el nivel del mar. Fue descubierto en 1875 mediante sondeo por el barco HMS Challenger. A esa profundidad la vida existe, aún cuando la presión es casi 1100 veces mayor que en la superficie terrestre. Sin embargo, no es mucho lo que se puede decir al respecto, pues como ya se adelantaba, son territorios bastante desconocidos. Dentro de las exploraciones in situ más importantes, se tiene el descenso de Jacques Piccard y Don Walsh en 1960, la travesía remota del robot Nereus, y también, el viaje a 10.900 metros del director de Titanic y Avatar, James Cameron, quien describió el entorno como un ecosistema “alienígena”. 

Si te interesa leer cada documento con mayor profundidad puedes ingresar a https://escenarioshidricos.cl/resultados[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text text_larger=»no»]En resumen, las profundidades del mar representa un mundo relativamente desconocido para la humanidad. A pesar de que estamos rodeados de agua, conocemos muy poco del mar. La limitante más importante es la profundidad, puesto que los niveles de presión son extremos y su exploración debe realizarse con tecnología avanzada. Lo curioso es que, en una de los descensos realizados, además de captar especies animales inéditas, se captaron envases plásticos. El cuidado y protección del planeta debe ponerse como foco principal de la humanidad, puesto que si seguimos a este paso, terminaremos por dañar zonas que ni siquiera conocemos aún. [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text text_larger=»no»]Donde existe la necesidad de monitorear ecosistema marino, las profundidades del mar ,, las aguas residuales inyectadas o la contaminación por descargas químicas y vertederos, existe CTD-Diver otra herramienta que posee una carcasa de 22 mm diámetro y de cerámica resistente a la corrosión. Equipdo con sensores de conductividad de cuatro electrodos, existen dos opciones para medir la conductividad: conductividad verdadera o específica a 25 ° C. Además, se mide y se registra la presión y la temperatura monitoreando la calidad del agua, desechos mineros y una constante vigilancia de contaminación. 

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